lunes

UNA ESPINA EN EL CORAZON


Te recuerdo niña de los ojos negros
como mar de sombras, como oscuros lagos
abiertos al aire de los viejos tiempos,
de las largas noches de aquellos veranos
que fueron tan nuestros y que ahora son
una vieja espina en el corazón.

Te recuerdo niña de los diecisiete,
del jersey a rayas y el pantalón blanco,
cuando me esperabas, cuando sólo verte
era ya bastante, era necesario,
¡qué bellos momentos que ahora sólo son
una vieja espina en el corazón!

Te recuerdo niña del abrazo fuerte,
de la piel morena, del cálido beso,
del amor que un día brillaba en tu frente
y que no escondías, pese a los recelos,
te recuerdo, niña, como la canción
que era el latido de mi corazón.

Te recuerdo niña de tantos veranos
bajo la mirada del viejo castillo,
junto al arroyuelo donde nuestras manos
eran manos blancas de aquellos chiquillos
que se enamoraron y que ahora son
espinas clavadas en el corazón.

Volveré algún día al parque sombrío
de los viejos robles y de los castaños,
donde tanto hablamos, donde nos quisimos,
donde nos perdimos en largos abrazos,
donde cada esquina y cada rincón
guardan un trocito de mi corazón.

Volveré a tu pueblo, volveré a buscarte
aunque no te encuentre, aunque estés muy lejos,
volveré a las noches tranquilas de antes
con el alma joven, con el rostro viejo,
para desclavarme de un solo tirón
la espina que llevo en el corazón.

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