Como una gota de humo
te busco en los espejos
y en los huecos incontables
de esta infinita curva...
Se me van los días
persiguiendo tu huella,
hora concreta,
hora etérea...
soy mi luz
y mi penumbra.
Los astrónomos ciegos,
ermitaños del Parnaso,
sonríen, esperan, descifran...
Los cielos
bullen y giran,
quizás intuyen apenas
que un positrón fugitivo
sueña en su ocaso.
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